Llamados a ser Diferentes (1ra. Parte)
El Sermón de la Llanura
Pastor Obel Troconis
Febrero 2015
La Fe cristiana se
desarrolla dentro de una doble dimensión. Esta doble dimensión, puede
ilustrarse de la siguiente manera:
- La dimensión VERTICAL, que tiene que ver con la
relación entre el ser humano y Dios.
- La dimensión HORIZONTAL, que tiene que ver con
la forma en que nos relacionamos con la realidad que nos rodea. Esta
realidad se presenta de dos formas: el mundo, es decir, la sociedad con sus prácticas y
costumbres; y en segundo lugar las personas que nos rodean, lo que la
Biblia llama: el prójimo.
En este sentido, la
Palabra de Dios nos enseña cómo debemos conducirnos, siendo cristianos, apartándonos
de la antigua manera de vivir: la del viejo hombre. Y es que, amados hermanos, todo aquel que ha nacido de nuevo, de la
Palabra y del Espíritu, está LLAMADO A SER DIFERENTE, y a serlo en toda su
manera de vivir!!!
Si nos
damos cuenta..... La dimensión vertical, que es
"el ámbito de lo espiritual", tiene que ver con el primer y gran mandamiento; el cual nos dice la forma como
debemos relacionarnos con Dios, en los términos que él manda, y no como
nosotros creemos que debe ser.... Hay muchos que dicen, "yo tengo una
relación con Dios "a mi manera"..... Pero no es "a nuestra manera", es a la manera de Dios; y dicha
manera es como lo dice Deuteronomio 6:5:
Amará al Señor tu Dios con todo tu corazón,
con toda tu alma, y con todas tus fuerzas.
¿Y cómo se hace esto en términos prácticos? Se
dice allí mismo, en los versos que siguen:
Dt 6:6-9 6estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu
corazón; 7y las repetirás a
tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y
al acostarte, y cuando te levantes. 8Y las atarás como una señal en
tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 9y las escribirás
en los postes de tu casa, y en tus puertas.
Ya
Jesús lo dejaba bien claro cuando estuvo en la tierra:
El que
me ama, mi Palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos
morada con él. Juan 14:23
Por
otro lado, la dimensión horizontal, que es "el ámbito de la
moral", tiene que ver con los aspectos de la vida práctica: lo que
involucra nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestros valores, y
nuestra conducta con respecto a los demás. Esta dimensión se sustenta sobre dos
principios bíblicos fundamentales: En relación con el mundo,
Romanos 12:2:
No os
conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta.
Y en
relación con el próximo, lo establecido
en el segundo gran
mandamiento:
Amarás
a tu prójimo como a ti mismo. Mateo 22:39
A este respecto, la manera cómo debemos hacerlo, en términos prácticos, se
enseña, entre otros pasajes, en lo narrado en Lucas 6:20-49.
Es
sobre estas dos dimensiones que estaremos meditando en esta serie de mensajes
titulados Llamados a ser Diferentes.
Hay creyentes que en
lo que respecta a la DIMENSIÓN VERTICAL, a su relación espiritual con Dios, tienen 20 puntos: creen en un solo Dios, no se inclinan ante ninguna imagen, oran varias
veces al día, van a la iglesia todos los domingos, y al
igual que el fariseo de Lucas 18:12 ayunan
dos veces a la semana, y dan diezmos de todo lo que ganan.
Pero
cuando se trata de la DIMENSIÓN
HORIZONTAL, del ámbito que tiene que ver con la forma en que se relacionan con
el mundo y con las personas que le rodean, tienen 01, salen “aplazados”.
Amados hermanos, hoy
más que nunca se hace necesario ─y pertinente─ que como creyentes tengamos
claro qué es lo que la Biblia llama "mundo", ya que, de acuerdo a
lo que ella dice:
el que se hace amigo del mundo, se constituye enemigo de
Dios (Santiago 4:4).
Lo peor que debe
existir en este mundo, y en el que viene, es que Dios te considere su enemigo. Lamentablemente, existe hoy
día dentro de las iglesias, la tendencia a permitir,
y aun a estimular, que "el
mundo" entre a formar parte del culto y de la forma de vida del
cristiano. Y esto lo quieren justificar
en nombre de la "diversidad"; de la "modernización", y del
"crecimiento numérico" (más no espiritual) de las iglesias.
Esta mundanización del
Evangelio, que se pretende esconder bajo nombres sugestivos y atrayentes como; "el nuevo avivamiento", o "el nuevo mover del Espíritu",
y más recientemente: la doctrina de "el
vino nuevo", está siendo introducida en las iglesias por medio de
estrategias empresariales de mercadotecnia, que tienen como fin sustituir la
sana doctrina bíblica por una experiencia emocional envolvente y multimedia,
que sea, sobre todo, "entretenida", adaptada a "la moda de
hoy". El resultado de esto es un show que se parece más a una terapia
motivacional en grupo ─centrado en el éxito financiero y la superación
personal─ que al mensaje del Evangelio,
el cual es el único medio que el Espíritu Santo usa para convencer de pecado,
de justicia y de juicio al no creyente; y traer edificación, exhortación o
consolación y esperanzas al creyente!!!
Como hemos dicho antes, la forma como el cristiano
debe relacionarse con el mundo se encuentra bien desarrollada en los pasajes
del Evangelio de Lucas, capítulo 6 del verso 20 al 49.
Comencemos por
analizar esa prescripción, llamada "El Segundo Gran Mandamiento":
¿qué significa "amar al prójimo como uno mismo"? Y más importante
aún, ¿cómo se implementa este mandamiento en nuestra vida; en nuestro diario
vivir?
De acuerdo a lo
establecido en la Palabra de Dios, el próximo o prójimo es tu vecino, tu
compañero de trabajo, el miembro de tu familia, el necesitado que te consigues
en la calle, el hermano en Cristo con quien compartes dentro de tu iglesia, y
además, el prójimo es aun tu enemigo.
Es por ello que quizás
éste sea el aspecto más difícil de poner por obra; y lo es, porque tiene que
ver con crucificar la carne, en lo tocante a nuestro fuero interno: aquello que
no se ve: nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras pasiones y
nuestros deseos. Aquellas cosas que
luchan y se oponen a lo espiritual, y buscan que actuemos siempre según lo
carnal y según los principios de la "lógica humana", moldeada por
nuestra naturaleza caída; en otras palabras, según lo que dicta el corazón
humano.
Ese mismo corazón que,
según Jeremías 17:9,
Es engañoso más que todas las cosas, y
perverso....; y de donde salen, como lo dice Marcos 7:21-23, los malos pensamientos, el engaño, la
envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez, [pero también] los adulterios, las fornicaciones, los
homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, la lascivia. Todas estas
maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.
Es por ello que Santiago
4:8-9 afirma:
8[...] Y vosotros los de
doble ánimo, purificad vuestros corazones. 9afligíos, y lamentad, y
llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza [si
aun estás contaminado con estas cosas carnales].
Y ¿cómo se logra
purificar nuestros corazones de toda contaminación carnal? Lavando esas
impurezas con agua pura, es decir, con la Palabra de Dios, la cual debe estar
siempre en nuestra mente, de manera que tengamos "la mente de Cristo"
(1 Corintios 2:16). ¿Creen ustedes que en la mente de Cristo había envidias,
celos, murmuraciones, odios, rencores, soberbia o insensatez? Nooooo!!! Si
tenemos "la mente de Cristo" no debe haber en nuestro corazón estas
impurezas.
Si tenemos la mente de
Cristo, cuando el viejo hombre trate de imponerse y las impurezas del corazón
quieran contaminarnos, abrimos el grifo
que está en la mente, para que la Palabra de Dios fluya y limpie lo que tenemos
en el corazón, y así quedemos purificados, para actuar no como la lógica
humana, carnal y diabólica nos lo dicta, sino como la lógica bíblica nos lo
demanda.... Así seremos diferentes!!!
Habiendo aclarado este
punto, volvamos a las preguntas anteriores: ¿qué significa "amar al
prójimo como uno mismo"? Y, ¿cómo implementamos este mandamiento de forma
práctica en nuestra vida?
Esta porción de las Escrituras
de Lucas 6: 20 al 49 es lo que algunos denominan ─erróneamente en mi opinión─
"el Sermón del Monte". Este fragmento, podría llamarse más bien
"el Sermón de la Llanura", ya que, si leemos el versículo 17 de este
mismo capítulo 6, se nos dice que
[Jesús] descendió con los doce apóstoles y se detuvo en un lugar llano, en
compañía de sus discípulos y de una gran multitud de gente [...] Que había venido para oírle...
El llamado
"Sermón del Monte", descrito en Mateo, es mucho más largo que el de
Lucas: se extiende por tres capítulos completos: 5, 6 y 7. Allí, en el v. 1 del capítulo 5, se dice:
viendo [Jesús] la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus
discípulos.
El "Sermón de la
Llanura" de Lucas, es mucho más compacto: sólo abarca 29 versículos del
capítulo 6.
Sigamos leyendo este
pasaje:
27pero a
vosotros los que oís, os digo:
i.
amad a vuestros enemigos,
ii.
haced bien a los que os aborrecen;
iii.
28bendecid a los que os
maldicen,
iv.
y orad por los que os calumnian.
Amados hermanos, para las personas del mundo, para
aquellos que no tienen al Espíritu Santo en su vida, esto es una locura! Esto es totalmente contrario a la lógica
humana que te dice: "al enemigo, ni agua"; "al que te maldice,
maldícelo de vuelta"; "al que te aborrece, desprécialo; ese es el
tipo de razonamiento con el que se manejan las personas del mundo. Pero
nosotros, si somos cristianos, no podemos actuar así. ¡Si decimos que somos
hijos de Dios, estamos llamados a ser
diferentes! Y esto no es una opción, es un mandamiento.
Y esto es posible lograrlo, si como dije
anteriormente, tenemos la mente de Cristo; haciendo
que la Palabra de Dios more en abundancia en nosotros, como lo dice Colosenses
3:16.
No hay mejor forma de probarle al mundo (y
probarnos a nosotros mismos) que somos diferentes, que haciendo aquello que es
imposible para los del mundo: amar al enemigo, hacer bien al que te aborrece,
bendecir al que te maldice y orar por el que te calumnia.
Ahora bien, cuando la Biblia dice: amad a vuestros enemigos ¿Cuál es el
criterio que debemos seguir para relacionarnos con aquel que unilateralmente ha decido constituirse
en nuestro enemigo?
La respuesta se encuentra en una serie de
consideraciones que les pido siempre tengan en su mente:
La primera la encontramos en Romanos 12:18
…en cuanto dependa de
vosotros, estad en paz con todos los hombres...
Esto no implica que veamos a dicha persona con
total indiferencia. Ni tampoco significa
que le puedes desear mal, o alegrarte cuando le vaya mal.
La segunda consideración, tiene que ver con las
palabras en griego (que es el idioma original en que fue escrito el Nuevo
Testamento) que se utilizan para designar el concepto de "amor" en
sus diferentes variantes.
Una de dichas palabras es "filía"; la otra, que es la que se
usa en el verso 27 de Lucas 6, es "agápe".
Para entender bien este pasaje, debemos diferenciar bien estas dos formas de
amor: el amor "filía" y el
amor "agápe".
Esta diferenciación es parte de lo que veremos en
el segundo segmento de esta serie: Llamados
a ser diferentes.
Dios
les bendiga.
La Fe cristiana se desarrolla dentro de una doble dimensión. Esta doble dimensión, puede ilustrarse de la siguiente manera:
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